Al preguntar a nuestros jóvenes escolarizados en Rio Cuarto si conocen alguien que tuvo intentos de suicidio, la mitad levantará la mano como signo de afirmación. (*) Nuestra sociedad tiene oculta estas conductas detrás de bambalinas de miedo, pero es una realidad la cual hay que conocer para poder acompañar, estar con un integrante de la familia, amigo, vecino, etc. ¿Cómo podemos darnos cuenta del riesgo suicida? El 80 % de las personas que sufre ideas suicidas, avisa, dice, manifiesta con sus palabras, gestos, autoagresiones que tiene intenciones o busca la forma de terminar con todo. “Esto va muy mal”, “No voy a estar el lunes”, “Siento que todo acabó” son expresiones a las que podemos preguntar, indagar que intenciones tienen estas palabras, si es una frase circunstancial o el querer más profundo de la persona. Si la persona está en riesgo, debemos sugerir atención psicológica y o psiquiátrica, si es muy alto el riesgo por lo que dice o hace, constituye una urgencia en salud mental pública o privada en cualquier momento del día. ¿Cuáles son las señales de peligro? Compras poco comunes, cambios bruscos de la conducta o rendimiento escolar, abuso de alcohol o drogas asociado a un riesgo de vida, amenazas verbales o manifestaciones de riesgo psicofísico de la persona, son señales a tener en cuenta las cuales se sugiere preguntar, abrir el diálogo para conocer que pueden ocultar estas conductas. ¿Qué ideas erróneas tenemos como sociedad? Que el que avisa no se hace daño, es el mayor de los errores, que es un problema de gente humilde, que solo se da en familias disfuncionales, que es un problema de jóvenes solamente, en cualquier familia o en condición social se pueden manifestar estas conductas autolesivas. ¿Cuáles son las repuestas ante este problema de la sociedad? En los grandes centro urbanos los centros telefónicos de ayuda y contención con servicios gratuitos de tres dígitos o 0800 donde se puede llamar de cualquier parte del país o desde las cárceles, dan acceso a muchas personas a la una palabra amiga. El PEAN y sus homólogos en distintas partes del país donde cientos y cientos de mayores pueden desatar su creatividad y erudición después de años de trabajo, sus revistas, labores artísticas y los centros de acompañamientos de adultos mayores dan compañía a muchos. Nuevas carreras como couseling o acompañamiento terapéutico traen nuevas formas de articular la salud. En grandes catedrales voluntarios escuchan a personas que llegan agobiadas por las exigencias cotidianas. Grupos de autoayuda, oraciones, ludopatía, alcoholismo, adicciones, de duelo por internet o cara a cara, con orientaciones gnósticas, espirituales, budistas, brindan consuelo a muchas familias con estos problemas. ¿Cuál es el fututo en estos tipos de servicios? Algunos se ofrecen como soluciones a todos los problemas y a poco de andar muestran muchas fisuras, pero los grupos o personas que por cualquier medio buscan el contacto personal profundo son de gran ayuda. Parafraseando a Martin Luther King “Tengo un sueño”. “Tengo un sueño de que la solidaridad, el compromiso por el otro pueda ser una piedra brillante de esperanza en medio de la oscuridad que guie al que sufre a praderas mas verdes y aguas tranquilas” Nuestro grupo: Estaciones del alma convoca a voluntarios a formarse y comprometerse unas horas por semana en esta tarea de acompañar al que sufre. Conectarse con ayudaalsuicida@hotmail.com, tel 0358 4642093 o personalmente en Sobremonte 548 Local 71 los viernes de 19 a 21 hs. (*) Encuesta del P.P.Familiar de la Municipalidad de Río Cuarto y publicada en el libro Ante el suicidio ¿Cómo ayudar? Marcelo Correa. Voluntario del grupo Estaciones del Alma