Ayuda al Suicida

Comentarios, pensamientos, referencias, artículos magistrales, dudas, afirmaciones, sobre la prevención del suicidio, el acompañamientos a quienes sufren esta crisis, y posvención a familiares y amigos de un suicidio. Para tratar de "humanizar" con la educacíon, con conocimiento sobre el suicidio.

martes, abril 03, 2007

El Bambú

El Bambú

El dolor consume, pero también transforma. Los maestros más sabios y prudentes seguido son las personas más vulnerables, los enfermos pueden surgir formadores sanos, no tanto por el aporte que ofrezcan a la ciencia en cuanto aquello sí dan a la sabiduría humana.
El mensaje de una leyenda china usado por una voluntaria para conformar a los padres de un niño que se estaba muriendo, mete luz cómo el dolor se puede transformar en fuente de vida.

Existía una vez un jardín maravilloso y el Señor de este jardín lo visitaba todos los días.
En este jardín había un bambú de aspecto noble, que el Señor amaba más que a todas las plantas. Un buen día , el Señor se acercó al bambú qué, en gran veneración inclinó su cabeza.

El Señor le dijo:
-Querido bambú tengo necesidad de ti- Pensó el bambú que había llegado el día por el cual había nacido, y con grande alegría exclamó:
-Oh Señor, aquí estoy. Haz de mí lo que quieras.
-Bambú - la voz del Señor continuó- Para usarte debo derribarte -El bambú asustado preguntó:
-¿Derribarme Señor? Derribarme después de haberme hecho aparecer el más bello árbol de tu jardín. !No por favor, no! Haz uso de mí para tu gloria Señor, pero por favor no me derribes.
-Mi querido bambú- dijo el Señor- Si no puedo derribarte no puedo usarte.

En el jardín se formó un gran silencio. El viento no soplaba más y los pájaros no cantaban. Lentamente el bambú inclinó la cabeza y lentamente dijo: -Señor si no puedes hacer uso de mí sin derribarme, haz de mi lo que quieras, derríbame.
-Mi querido bambú- continuó el Señor- No solo debo derribarte, sino también cortarte las hojas y las ramas.
-Oh Señor- dijo el bambú, no me hagas esto, déjame al menos mis hojas y mis ramas.
-Mi querido bambú, debo hacerte ahora algo más, debo cortarte al medio el corazón. Si no puedo hacerte esto no puedo usarte.
El bambú quedó en silencio e inclinó la cabeza hasta el suelo.

Así el Señor del jardín derrumbó el bambú, cortó las ramas y quitó las hojas, lo partió en dos partes y le quitó el corazón. Después llevó al bambú al fondo del agua fresca acercándolo a los campo más áridos. Y así el Señor colocó una extremidad del tronco del bambú y lo puso en la fuente y la otra mitad en el campo árido.
La fuente del agua se derramaba sobre el campo árido. Después fue plantado el arroz, la semilla crecía y vino el tiempo de la cosecha.
Así el bambú fue realmente una gran bendición en su pobreza y humildad.

En aquel tiempo cuando era grande y bello, vivía para sí mismo y amaba su propia belleza. Al contrario en su estado de pobreza se transformó en un canal , que el Señor usaba para fecundar su reino.

La leyenda del bambú es una invitación a transformar la propia pobreza en un canal de fecundidad.


De Arnaldo Pangrazzi. Italia

Marcelo Correa
Ayudaalsuicida@hotmail.com
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